domingo, 27 de septiembre de 2009

Al cuidado de otro ser humano


Responsabilidad. Una palabra que da miedo...., no tal vez miedo no es la definiciona decuada
La responsabilidad es...bueno es algo que dicen que uno ha de aplicar 24h al dia, 365 dias al año para poder hacerse cargo de una situación o de otro ser humano.
Hace 7 meses y algunas semanas que estoy asimilando y aprendiendo como ser responsable y lo mas importante como entender este mundo, con otra persona a tu cuidado, al que has de proteger, amar, querer, enseñar y educar. Tengo fe en el exito compartido de nuestra futura empresa. Seguro que mi mujer, al igual que yo, se debate en definir los anteriores conceptos clave, antes mencionados. Lo unico que sabemos con absoluta certeza, es que te queremos I.

Aun seguimos en la brecha....

Para los que eran guapos, altos, con ojitos guiñosos, para los ligones, los salidos, los machotes, para los que vinieron y los se han ido, para nuestros jefes/-as, para los que no quieren crecer, para los que quieren seguir jugando, para la madre que nos pario, ....para todos y por todo ello reivindico que este blog no ha muerto. Algo no muere, hasta que sus propios creadores no lo entieran. Yo no tiro la toalla.
Retomo este espacio en blanco, como un lienzo que podemos retomar y redifinir en todo momento y lugar. Si, es cierto que lo podemos abandonar facilmente, por la dinamica inquisidora de nuestro trabajo, mujer (no hablo d la mia, la mia es perfecta) o suegra. Podemos olvidar rellenar, completar y hacer uso de esta preciada herramienta de comunicación, con una frecuencia digna, pero ello no sera mas que un insignifacante parentesis en nuestra vida....
Vale que está muerto. pero que "leñe" yo voy a seguir escribiendo, aunque solo lo lea yo!!!
Ostia ahora empiezo a sentiremesolo.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Este blog está muerto

Podríamos buscar alguna frase del estilo de la siempre socorrida "fue bonito mientras duró" o la menos cinematográfica aunque ciertamente cargada de contenido sexual "ha sido breve pero intenso". Pero lo cierto es que existen pocas formas elegantes de conferir al fracaso cierta dignidad. En cualquier caso, esto sólo sería posible si el fracaso viniese dado por causas totalmente ajenas a uno mismo. En cambio, cuando éste es fruto de la apatía y la falta de iniciativa, a lo único que se puede apelar es al escaso sentido común que debe quedarle a uno a estas alturas.
En gran medida, nuestras vidas se sustentan en una serie de autosugestiones y mentiras piadosas que se sostienen las unas sobre las otras como un gran castillo de naipes. Con cada nuevo año o el inicio del curso escolar -aunque hace lustros que hemos dejado de estudiar, ésta es para la mayoría una referencia inamovible- nos hacemos mil propósitos que terminamos traicionando, uno a uno, con una falta de escrúpulos digna de cualquier jefe de gobierno tras su investidura. Quizá sea esta la gracia del asunto. Quizá si llevásemos a cabo todo lo que nos proponemos, pronto nos quedaríamos sin metas que alcanzar, sin algo por lo que seguir esperando el día de mañana. Nos convertiríamos en seres sin ambiciones cuya existencia ya no tendría ningún fuste. En consecuencia, me temo que Oh-California! devendrá una de esas obras inconclusas que espera ser retomada con más ímpetu cuando las circunstancias sean más propicias.

P.D. Hasta que no llegue ese día, si alguien (una o más personas) cree que podría hacerse cargo de este blog, no tendré ningún problema en darle derechos de administrador.

domingo, 2 de agosto de 2009

Desconectar

Entre todos nosotros está muy extendida la creencia de que pasar periódicamente cierto tiempo alejados de nuestros quehaceres cotidianos nos devolverá las fuerzas perdidas durante el resto del año y pondrá a cero nuestros marcadores del tedio y la apatía ante el trabajo y la rutina. Tal práctica no es más que otra de las muchas dosis de placebo que nos administramos a lo largo de nuestras vidas. Cuando pronunciamos frases del estilo de "Necesito unas vacaciones" o "Me hace falta desconectar", lo hacemos con la esperanza de que a la vuelta todo aquello que no soportábamos de nuestro trabajo se torne de repente más liviano y llevadero. Desgraciadamente, esta ilusión comienza a desmoronarse la tarde anterior al primer día de trabajo. En ese momento, la obligación de programar la cena algo más temprano de lo que en realidad nos gustaría y de acostarnos a una hora prudente nos recuerdan que, tras el amanecer, los días de asueto y autocontemplación formarán parte del pasado.
Cuando abrimos una bolsa de patatas fritas o de cualquier otro aperitivo, no solemos conformarnos con probar sólo una. El recuerdo de ese sabor en nuestro paladar, por reciente e intenso que sea, no puede sustituir al placer de volver a experimentarlo una y otra vez. Del mismo modo que saborear nuestro manjar favorito sólo nos sacia durante unas horas, la sensación de relajo y tranquilidad que anhelamos (y a menudo encontramos) durante las vacaciones pasa a formar parte de la historia a la par que las propias vivencias vacacionales.

La expresión "desconectar" refleja a la perfección la ironía de las vacaciones. Quizá logremos evadirnos durante un tiempo y, como si de un electrodoméstico se tratara, cortar cualquier vía de alimentación con la realidad. Sin embargo, tan pronto volvemos a la rutina, el flujo se restablece con la misma fuerza e intensidad de siempre.
Con este ánimo comienzo a disfrutar de mi

lunes, 27 de julio de 2009

Tu tb puedes gozar de las ventajas del club chispas.....


La Empresa Dana facilita en su pagina web la posibilidad de hacerse socio (el carnet se incluye en el interior al comprar una colonia chispas). Hacerse socio tiene innumerables ventajas. Para todos los futuros padres es una noticia importante, ya que al adquirir dicha colonia, a parte de las ventajas de pertenecer a dicho club, les puede aportar esa fragancia y ese frescor intimo con el que podran recuperar el afecto y la pasion de sus mujeres (o no!). Recordar que con el carnet, podeis disfrutrar de ciertas ventajas:
Entrada gratuita a Boveda Paralel, descuentos en cualquier tienda Virgin y un billete gratuito para viajar en autobus (parada inicio junto al instit. Mila i Font).
Efectos adversos: Hacerse socio puede comportar efectos secundarios de por vida!!

jueves, 23 de julio de 2009

El Equipo A somos todos


Hannibal Smith es un veterano de Vietnam cincuentón, con aires de grandeza y sin muchas ganas de buscarse un trabajo estable. De vez en cuando, y sin entenderse muy bien cómo, una anciana desvalida llega hasta él para pedirle que ahuyente a un grupo de moteros rabiosos y muy maleducados que intenta arrebatarle su tienda de antigüedades para convertirla en su cuartel general. Imaginemos: rock duro, alguna mujer todavía de buen ver embutida en cuero, mucho alcohol y una mesa de billar. Cualquier persona con un ápice de dignidad pondría todo su empeño en impedir tal barbarie. Sobre todo si a cambio recibe una suculenta suma de dinero.
Casualmente, el tal Hannibal resulta ser el representante que todo artista mediocre desearía tener. Su cartera de clientes se compone de una panda de individuos marginales que no pasarían las pruebas ni para repartir publicidad en la boca del metro. Después de un breve garbeo por los centros psiquiátricos de la ciudad, los gimnasios más desamparados y la mansión de Hugh Hefner, consigue reunir un grupo de élite que ríete tú de los Village People. Sin embargo, hay que reconocer que los hombres saben lo que hacen. Porque en cuestión de horas tienen a la mitad de los moteros emigrando a México con lo puesto, y a la otra mitad limpiándole el polvo a las vajillas de Limoges de la anciana mientras ella juega al bridge con sus amigas.
Y ahora es cuando todos vosotros os dáis cuenta de que he estado utilizando una metáfora: yo soy Hannibal Smith (talento, inteligencia, pelo cano, un buen puro). Los demás sois el loco, el guapo y el negro enjollao. La anciana en peligro es este blog. Los moteros, el ocio que nos embriaga y nos aleja de nuestras obligaciones.

lunes, 20 de julio de 2009

Prólogo


Atrás quedan los años de inocente mocedad. Lejos dejamos ya los días en que vivíamos misteriosamente convencidos de que, pese a nuestra falta de ímpetu y nuestras nulas habilidades amatorias (el término "amatorias" no es realista, puesto que implica un primer contacto), éramos capaces de hacer que cualquier mujer se entregase a nosotros.
Si querer fuese realmente poder, sin duda hubiéramos sido los individuos más poderosos del planeta. Sólo un selecto grupo de superhéroes o un par de jugadores de la NBA podrían habernos hecho sombra. Cuando la realidad amenazaba con hacer acto de presencia, apelábamos a una incipiente internet o a los vídeos de quinta mano que algún héroe local consiguió comprar en el mercadillo o arrebatar a su hermano (menor, en mi caso).
Eran mañanas de fútbol en la playa, de consecuentes uñas y hombros en carne viva, de tardes desgastando chancleta por la consabida ruta, de copas baratas en un bar cochambroso y de concurso de camisetas sudadas en cualquier antro de entrada gratuita.
Era un tiempo en el que el concepto de porvenir se nos antojaba tan distante o absurdo como la calvicie o el Euribor. Un tiempo que posiblemente no volverá, pero que sigue vivo en los corazones de unos cuantos.

En el aliento etílico al acecho de un colchón, en la mirada esquiva ante la presencia del sexo bello, en las tardes de astío y de poca feina el espíritu de los Chochobreakers permanece inalterable.